Mercedes Silvestre

“Serías la heroína de las feministas: Mujer de ochenta y nueve años seduce a un muchacho guapo de cincuenta años, lo lleva a la habitación del hotel y lo viola miserablemente. Después, lo abandona para que pague él la cuenta del hotel”.

“Me gustan los hombres altos y con aspecto de leñador fornido; siempre me los imagino dándome un abrazo envolvente y yo perdida entre sus brazos. Me encanta fantasear con esto, porque cuando lo hago me siento abrazada de verdad”.

“También hubo un hombre que tras dos o tres mensajes me aseguró que podía hacer realidad todos mis sueños. Me sorprendí tanto que respondí rápidamente que todos mis sueños ya se habían hecho realidad, y a él también lo borré de la lista”.

«Buena chica. ¿Le has hablado de lo nuestro?».

«Pero ¿cómo que lo nuestro?», me pregunto perpleja. «¡Joer con los hombres! ¿Será posible que me considere de su propiedad?».

𠇌uantos más años, más rato de acicalamiento”.

“yo todo lo llevo de forma definitiva y, por supuesto, no tengo que quitarme las lentes intraoculares, los implantes dentarios, la prótesis de rodilla, las extensiones del pelo ni, obviamente, las prótesis mamarias”.

�stó que me pidiera la tarjeta personal con mi teléfono para que la magia me transformara en hada".

𠇎n una novela que leí hace muchos años, decía la escritora Carmen Rigalt que las mujeres a cierta edad nos hacemos invisibles”.

“Me he pasado toda mi vida siendo una mujer dominada por un marido, siendo buena y ejerciendo de mujer florero, y ahora que estoy libre, quiero ser como ellos, hacer lo mismo que ellos y comportarme como se comportan ellos”.

“Pero no necesito a nadie, me basto y me sobro yo sola”.