Colección de relatos construida como si el narrador, un niño, contara las historias. De ahí que en muchas de ellas encontremos situaciones surrealistas. Contadas en escenarios rodeados de violencia. Me ha parecido una lectura incómoda. Hay momentos de humor negro, aunque en general no sea una lectura especialmente humorística. El relato en el que un niño sobrevive a un bombardeo en un cine y se encuentra cada mañana con una vaca, es el más significativo de todos. En mi opinión, es el que marcaría la identidad de esta colección de relatos. No sé si es una lectura para recomendar a cualquiera, aunque su singularidad lo convierte en un libro que puede despertar la curiosidad del lector. |