El guardián de la marea de Mayte Uceda
La certeza de que no volvería a ser el mismo le mortificaba, porque había aprendido que convivir con la muerte cambiaba a las personas. Llevaba tanto tiempo en el mar que, en ocasiones, sus recuerdos desaparecían, y con ellos la ligazón orgánica de pertenecer a un mundo sin guerra.
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