La colina del almendro de Mayte Esteban
El sendero de entrada de Almond Hill me recuerda que la vida es también camino, un puñado de elecciones que vamos haciendo. Las malas y las buenas nos llevan a nuestro destino y en ellas siempre hay algo que se pierde y algo que se gana. Y, por fortuna, algo que se aprende.
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