Los vivientes de Matt De la Peña
Atemorizado, Shy lo vio todo por algunos minutos; el mundo en perfecta sintonía con su interior. Nunca había sido un verdadero creyente, como su abuela, pero ahora cerró los ojos y le pidió a quienquiera que estuviera escuchando, que Miguel estuviera bien. Y su madre y su hermana. Y él mismo. Por favor, solo permíteme regresar con ellos. Tengo que regresar con ellos. |