La casa de Verges de Marta Fontana
Resuena aún en mi cabeza el alboroto, las carcajadas, ¡Pepe!, las groserías y ocurrencias de unos y otros, a ver quién la soltaba y hacía más gorda, ¡Conchi!, el correteo arriba y abajo, los casetes de Julio Iglesias, los Panchos o Dyango reventando el altavoz del radiocasete, ¡Rosita! En un instante la casa se llenaba de vida.
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