Adultos de Marie Aubert
Algún día, me dije ahí tumbada en la silla del ginecólogo, algún día tendrá que funcionarme, y el mero hecho de tenderme en esa silla me hizo creer que ocurriría, tanto lo del novio como lo del niño, solo estar allí era ya una promesa de que algún día vendría algo más, algún día.
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