Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
Él conocía lo suficiente los hospitales y la enfermedad como para saber que la mayoría de los enfermos eran mandones y malhumorados, y que intentaban lograr que los demás se sintieran como ellos.
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Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
Él conocía lo suficiente los hospitales y la enfermedad como para saber que la mayoría de los enfermos eran mandones y malhumorados, y que intentaban lograr que los demás se sintieran como ellos.
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