Los inocentes de María Oruña
Es la paradoja del crimen; ya sabes eso que dicen... Mata a un hombre y serás un asesino; mata a millones y serás un conquistador... —Ah —lo interrumpió el propio Michael—, ¿eso no es de Jean Rostand? ¿Cómo terminaba? —Se preguntó, concentrado, para cambiar el gesto cuando pareció recordarlo—. ¡Mátalos a todos, y serás un dios! |