El camino del fuego de María Oruña
[...] Porque nunca es un único grito el que nos tumba, y nunca es un único miedo el que nos deshoja por completo. Cuando la derrota silba en el aire con siniestra cadencia, sabemos que hemos sido vencidos. No es la hoguera la que arde, sino el tortuoso camino hacia el fuego el que lo arrasa todo. Porque los que se doblegan, los que caminan en permanente derrota, a veces reúnen dentro un valor desesperado y alzan el rostro, intentando cambiar el personaje de sainete en que se han convertido.
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