Mestiza de Maria Campbell
Al principio la escuela me pareció el paraíso, porque durante unas horas al día podía ser una niña. Podía olvidarme de cocinar y limpiar y tenía tiempo para leer. Leía todo lo que caía en mis manos y fantaseaba con las grandes ciudades de los libros, llenas de manjares y ropas preciosas, donde no había pobreza y todos eran felices. Algún día iría a esas ciudades y llevaría una vida alegre, exquisita y emocionante.
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