Llega la negra crecida de Margaret Drabble
Ella también ha pensado a menudo en lo divertido que sería tomar parte en el fin, y sin remordimientos. A nadie le gustaría ser responsable del fin, pero lo normal es querer estar ahí y saber que todo ha terminado, todo este experimento innecesariamente doloroso, inútil y estúpido. Un asteroide valdría, o un terremoto, parte de la tierra o el universo. Fran no acierta a comprender ese deseo de la raza humana por perpetuarse, por seguir viviendo a cualquier precio.
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