Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión de Mamen Sánchez
—Pero podría ser una casualidad. ¿No crees? —Las casualidades no existen, querido Watson —la desengañó la novelista. |
Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión de Mamen Sánchez
—Pero podría ser una casualidad. ¿No crees? —Las casualidades no existen, querido Watson —la desengañó la novelista. |