El retrato de casada de Maggie O'Farrell
El pájaro, el dibujo. Era lo único que miraba. Miró las delicadas patas escamadas que ya nunca volverían a posarse en una rama ni en la piedra del alféizar de una ventana; miró las diferentes capas superpuestas de las alas, alas que no volverían a abrirse para buscar una brisa que lo levantara, que ya no lo llevarían por encima de los tejados y de las calles.
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