Menta granizada. Otra manera de degustar la vida de M. Agus Cámara
Vicky sonrió y yo le devolví la sonrisa. Lo que debió sorprender a su hermano, porque se quedó mirándome atontado. —¿Qué? —le pregunté con brusquedad. —Llevo semanas intentando hacer que sonrías, y mi hermana lo logra en un segundo —dijo incrédulo. |