Luis Eduardo García

Te diré algo importante:
hay cosas que nos llaman desde siempre
¿entiendes?
Como si un hilo invisible nos atara.
A veces quieres, por la noche
de forma incontrolable entrar al mar, porque algo late
(dentro de ti, del agua, no lo sabes).
O incluso mientras duermes
una canción invade tu cabeza.
Así es
eso que observas en el cielo cada tanto
es Venus.
Toda tu vida te atraerán algunos brillos.

Todo en este espacio
ha sido cuidadosamente planeado.
Un jardín es una pequeña ciudad:
aquí el pasto recortado, allá
los rosales.
Todo está bajo control
y crece a un ritmo predecible
(las pequeñas variaciones
están contempladas).

Cada elemento posee un significado definido,
excepto aquella seta que no deja de brotar.

TE EXPLICO ESTO A TUS CINCUENTA AÑOS.
No tengas miedo de mi muerte
ocurrirá muy pronto
(el corazón
o los pulmones)
Luego los restos y una zarza
cubierta de plaga sobre el alféizar.

Si aceptas lo extraño
y me hablas cada tarde:
“Papá
me estoy volviendo vieja”,
daré los frutos más dulces del mundo.

Sabemos muy poco de la música.
¿No has pensado que podría ser un virus que poco a poco nos destruye o basura espacial que se transformó al llegar aquí?

Creemos que es nuestra, pero si murmura un poco logra movernos en el acto.
Escucha: es la manera en la que los fantasmas dicen ven.

(…) Si digo: “Tu pez ha saltado de la pecera”, tu pez morirá.
Si un poema dice lo mismo el pez saldrá a la calle caminando.
Después no sé qué pase.
Pero
escucha.
Eso es todo.
Toma un par de brillos.
No busques entenderlos.
No busques un mensaje
porque no lo encontrarás.

Todo lo vivo posee un pulso vital.
Aunque similar, es distinto en cada uno.
Los árboles poseen un pulso secreto que jamás conoceremos.
El pasto. Las ostras.
Si te concentras puedes escuchar el pulso del lenguaje.

TE EXPLICO ESTO A TUS CINCO AÑOS
No tengas miedo de la muerte
lindura
no lame
no baila
feas canciones
no tengas miedo de sus luces
al fondo hay una alberca infinita.

(…) Pocas personas saben que los pelirrojos son extraterrestres que están aquí para robar nuestros óxidos de hierro (los usan como combustible para sus máquinas de música)

Marmotas en una nube. Liebres patinando sobre el hielo.
Tiranosaurios bailando la polka.
Murciélagos en un globo de cristal.

El mundo puede
y debe ser otra cosa.

(…) Preguntaré a un arquitecto si alguna vez quiso hacer el diseño de una cancha de tenis y al final lo que obtuvo fueron los planos para robar un banco.