¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
Las cosas en la memoria, lo sé, se vuelven rígidas y se desplazan, se convierten en algo que no fueron nunca antes.
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¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
Las cosas en la memoria, lo sé, se vuelven rígidas y se desplazan, se convierten en algo que no fueron nunca antes.
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¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
"Hubo épocas en la que ella me fascinaba. Pero nunca habíamos sido cercanas, y era difícil que yo sintiera, alguna vez, que la conocía. Para conocer algo tienes que ser capaz de meterte dentro y sentir, después salir y mirar, y después hacer eso otra vez: ir dentro y mirar. Tenías que hacerlo dos veces. Eso era el conocimiento. Dos veces seguidas. Pero con mi madre yo solo podía hacerlo una vez. Lo hacía una vez, la primera, y después salía corriendo." (Pág.145).
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¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
"Las cosas en la memoria, lo sé, se vuelven rígidas y se desplazan, se convierten en algo que no fueron nunca antes. Como cuando un ejército invade un país. O un jardín de verano se vuelve rojo con las hojas del otoño. El pasado se convoca en gran medida por un acto de brujería; las artes de una prostituta, collage y brebaje, ojo de lagartija, corazón de caballo. Aun así, la casa de mi niñez está grabada en mi memoria como si fuera la forma de mi propia mente: una mente con forma de casa; ¿por qué no? Fue a partir de esta mente particular que yo me atreví a cualquier peligro salvaje o postura sentimental o salto hacia algo lejano. Pero esta mente albergaba la semilla germinada de cada acto." (Pág.38).
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¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
Me acuerdo de que pensé que alguna vez las mujeres se habían muerto de fiebre cerebral contraída por los pinchazos de los alfileres de sus sombreros, y que aún después de tanto tiempo, era difícil ser una chica, acarrear estos cuerpos que no estaban nunca bien, heridas que necesitaban arreglos, cabezas que necesitaban sombreros, correcciones, correcciones.
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¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
Mi infancia no tuvo narrativa; todo era apenas una combinación de aire y falta de aire: esperar que la vida empezara, que el cuerpo creciera, que la mente se volviera temeraria. No había historias ni ideas, no todavía, no realmente. Solo cosas desenterradas de otro lado y rearmadas más tarde para ayudar a a la mente a moverse. En esa época, sin embargo, era líquida, como una canción, no era gran cosa. Era simplemente un espacio con algunas personas dentro. Pero se puede contar una historia de todas maneras. Se puede tomar impulso, después empezar, hacerlo, y basta. |
¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? de Lorrie Moore
Con frecuencia pienso que en el centro de mí misma hay una voz que finalmente logró dividirse, una casa en mi corazón tan invadida por otra gente y sus maneras de hablar, por amigos a los que creí que era leal, por personas cuya vida solo puedo adivinar ahora, que me da la impresión de que soy solo una recopilación de ellos, que todos existieron por sí mismos, pero me formaron sin querer, y desaparecieron. ¿O acaso la expectativa era que yo me creara de la nada, que saliera de la nada y sola?
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Autoayuda de Lorrie Moore
Tu madre te llama a veces por el nombre de su hermana. Dile: - No, mamá, soy yo, Virginia. Aprende a repetir las cosas. Aprende que teneís una manera de reconoceros la una a la otra que de algún modo se desborda y llega más allá de las maneras que tenéis de no reconoceros. Haz manzanas asadas por primera vez. |
Autoayuda de Lorrie Moore
Los hombres fríos destrozan a las mujeres, me escribió mi madre años más tarde, Las cortejan con algo llamativo de lo que presumen algo que llevan unido a su alma com oun falso invernadero; te hacen pasar y te crees que ves vida, optimismo, sol y verdor, y uadno los amas, te hacen pasar a su alma verdadera, un salón de baile vacio, cavernoso, lleno de corrientes de aire, con arcos y cúpulas inexorables y que se burla de tí con sus ecos.
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Autoayuda de Lorrie Moore
Y cuando tu madre empieza a perder la cabeza, tú también. Empiezas a tener miedo de la gente que ves por la calle. Vuelves a ver formas (viejos y arañas) en el papel de la pared, como cuando eras pequeña y estabas enferma. El reflejo de la luna en el lago empieza a parecer un pez muerto que flota con el vientre dorado hacia arriba. Pregúntaselo a cualquiera. Pregúntaselo a cualquiera cuya madre esté perdiendo la cabeza.
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Lorrie Moore
Cuando tus padres se separan, también tu te bifurcas. Te partes, crujes y te divides en dos, vives dos vidas: una mitad de tí que llora todas las mañanas en el embarcadero al salir el sol, con pelo negro que se destiñe hasta un gris oscuro, una parte de ti que s emarcha a otra ciudad donde eres maestro de escuela y cuentas chistes con acento italiano en un bar y haces reir a la gente.
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Autoayuda de Lorrie Moore
Eres infeliz, dice el señor Fernández. Puede ser lo mismo. Eres infeliz porque crees que existe una cosa que se llama ser feliz.
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