Esta herida llena de peces de Lorena Salazar Masso
Las hojas se arrancan y vuelan por el aire; quiero decirle al niño que cuando llueve las hojas parecen mariposas, el peso del agua las convierte en alitas capaces de arrancar un árbol de raíz. Los gritos vienen de las hojas, del agua, de la tierra que vio crecer al niño mío. Me acuesto de cara al cielo, nubes y relámpagos; sin llorar, me entierro en el silencio con la mirada hacia dentro. Me cierro.
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