Felicidad conyugal de León Tolstoi
"Su eterna tranquilidad me irritaba. No es que lo amara menos que antes, ni que fuera menos feliz que antes con su amor; pero mi amor se estancó, ya no crecía, y amén del amor, un sentimiento desasosegado, nuevo para mí, comenzó a infiltrarse en mi alma. Me parecía poco amar una vez conocida la felicidad de amarlo. Quería inquietudes, peligros y sacrificio en aras del sentimiento. Había un exceso de energía en mí que no encontraba lugar en nuestra vida apacible." (Cáp.VI.Pág.102-103).
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