Anna Karenina de León Tolstoi
(...) no es más que un tonto. Que quede entre nosotros… ¿No es cierto que eso lo aclara todo? Antes, cuando me creía obligada a considerarlo inteligente, llegaba a la conclusión de que la tonta era yo, porque no veía su inteligencia por ningún lado. Pero, en cuanto dije, en voz baja naturalmente: «Es tonto», todo quedó claro. ¿No es verdad?
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