La muerte de Iván Ilich de León Tolstoi
La boda... la súbita desilusión, el olor de la boca de su mujer, la sensualidad, el fingimiento. Y este trabajo muerto, y estas preocupaciones por el dinero, y así un año, y dos, y diez, y veinte, y siempre lo mismo. Y, conforme el tiempo avanzaba, más muerto era todo.
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