Canción dulce de Leila Slimani
La soledad actuaba como una droga de la que no sabía si quería prescindir. Deambulaba por las calles, como ida, con los ojos desencajados hasta hacerle daño. En su soledad, se puso a observar a las personas. A observarlas de verdad. La existencia de los demás se volvía palpable, vibrante, más real que nunca.
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