El perfume de las flores de noche de Leila Slimani
La escritura es disciplina. Es renunciar a la felicidad, a las alegrías de la vida cotidiana. No intentar curarse ni consolarse, sino cultivar las propias penas. [...] Dejar que se abran las cicatrices, remover los recuerdos, avivar los momentos de vergüenza pasados y los viejos sollozos. Para escribir, debes negarte a los demás, negarles tu presencia, tu cariño, decepcionar a tus amigos y a tus hijos.
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