Mía de Laura Navarro
—Yo soy el gilipollas que lo deja todo para ir a buscarte porque no das señales de vida —le empieza a decir con total serenidad—. Yo soy el gilipollas que contesta a las ocho de la mañana a Yago porque están histéricos buscándote. Yo soy el gilipollas que va a tener un problema en el trabajo por plantarse aquí a ver cómo te morreas. —Mía cada vez se siente peor con sus palabras y más avergonzada—. Yo soy el gilipollas que se saltó el reglamento para ayudarte en tu mierda de caso. —Se queda callado un instante—. Pero ¿sabes una cosa, Mía? Que de gilipollas no tengo un pelo. Hasta aquí hemos llegado. Búscate la vida, chica. Seguro que te irá bien, sobre todo viendo lo sensata que eres al liarte con el enamorado de tu hermana, eso sí que es investigar a conciencia su círculo
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