Dos vampiros del siglo XX emplean la sangre de Mary Benedict como prueba en la investigación del caso "Blackbird". La lectura de esta sangre nos trasladará a la época de la Regencia en Inglaterra, donde a través de los ojos de Mary viviremos la llegada de un desconocido que pondrá en jaque a toda la población...
Con esta premisa nos adentramos en una historia que combina el costumbrismo de las novelas propias de la época de la Regencia, cómo podrían ser las de Jane Austen, con la aparición de vampiros que parecen salidos de las páginas de Bram Stoker o Anne Rice.
Nos encontramos ante una narración pausada, que nos muestra las vivencias en sociedad de una joven de buena familia, mientras nos va creando la intriga por los secretos de los vampiros.
La mayor parte de la narración se centra en Mary, su familia y sus amigos, pero también contamos con algunos interludios que nos transportan al siglo XX, donde vemos cómo avanza la investigación que están llevando a cabo estos dos vampiros y la relación que ésta tiene con la misma Mary.
He disfrutado muchísimo esta historia, cómo he dicho antes, ha sido como leer un crossover de Orgullo y Prejuicio y Drácula que me ha tenido enganchanda de principio a fin.
Debo decir que he disfrutado mucho más de la historia de Mary que de los interludios, pero éstos últimos también me han gustado, especialmente al final, donde se descubren ciertas cosas muy interesantes.
Los personajes me parecen muy bien desarrollados y llegas a empatizar con ellos, especialmente con Mary, en mi caso, ya que es una joven inteligente, adelantada a su tiempo, inconformista y con las ideas claras; pero también es leal y familiar.
En cuanto al final, éste queda abierto, dejando con ganas de saber cómo va a continuar la historia, ya que se queda en un punto muy interesante.
En resumen, una historia que combina el costumbrismo de la Regencia y vampiros; con personajes y una trama bien desarrollados y un final que deja con ganas de más.
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