El hombre sin nombre de Laird Barron
Siete años de violencia le habían granjeado una segunda piel más gloriosa que aquella con la que había nacido. Nanashi fantaseaba sobre lo que le costaría quitarse esas capas, pinchazo de aguja a pinchazo de aguja. Se preguntó cuánto de él mismo permanecería debajo.
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