Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Cuando me vi, de esta suerte, lejos de todo socorro humano, incapaz de intentar nada para lograr mi salvación, pensé en la ayuda del cielo. Los recuerdos de la infancia, los de mi madre, a quien sólo conocí en la época de las caricias, acudieron a mi memoria. Recurrí a la oración, por muy pocos derechos que tuviese a ser escuchado por Dios, de quien me acordaba tan tarde, y le imploré con fervor.
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