Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Los poetas se liberan del mundo con la lluvia y al mismo tiempo logran una melancolía llevadera, la de un día nublado donde ni siquiera lo peor es completamente atroz. César Vallejo imaginaba así su último suspiro: “Me moriré en París con aguacero/ un día del que tengo ya el recuerdo”. La tristeza que se puede recordar es hermosa; el poeta anticipaba su fin como algo ya sucedido e incluso recordado, un jueves, bajo la lluvia, esa alta fantasía. Pág. 29 |