Me ha dejado sin aliento. La he disfrutado lentamente, a pesar de lo corta que es, asimilando lo que Julia me ha querido contar y como me lo ha querido contar. Sí, lo sé, la novela no estaba escrita para mí, sino para ella, su ella, pero he llegado a meterme tanto en los sentimientos de Julia, en su vida, en su familia, que es como si me la hubiese contado a mí misma. Me ha gustado por las verdades que cuenta, que son muchas y muy reales, os lo aseguro; por los recuerdos que trae, que podrían ser los míos en algunos momentos; por los sentimientos que levanta, que han conseguido que los haga propios; por el dolor con mucho humor que Julia nos enseña, lo que nos indica la fortaleza que ella posee, aunque no lo sepa, al ser capaz de reírse de sus propias experiencias; y porque para ser tan corta está completa. Es una historia de corte intimista y carácter ensayístico, contada como una confesión, y mucho más sencilla, simple y amena de leer de lo que puedes pensar en un principio; y esto último es una virtud literaria. No muchos saben decir y expresar tanto en tan pocas páginas. Es una novela de mujeres porque sus personajes son mujeres, en distintos momentos, con distintas necesidades, pero algo en común, que se quieren a pesar de todo lo dicho, a pesar de su relación familiar, a pesar de la vida. Me ha sorprendido y gustado a partes iguales que la novela haya sido escrita por un hombre que consigue acercarse tanto al alma de estas mujeres y, sobre todo, a la relación tan especial que siempre se crea entre una madre y sus hijas. Lo que lees te hace pensar como mujer, hija, hermana y madre. En cierta manera, la lectura ha sido como un regalo. + Leer más |