Josep Albiol Rodríguez

Aunque no me negaréis que presenciar el declive de otros seres humanos sin que se pueda hacer nada para evitarlo no es la cosa más triste e este mundo.

La gente siempre contaba cosas raras para que no nos acercáramos a la casa cuando éramos pequeños. Que si había una puerta que llevaba a no sé dónde, que si lo que había era un pozo por donde había caído alguien que había entrado y no había vuelto a salir, que si el techo y el suelo se habían hundido encina de una madre y su hija...

Lo que pasa en la noche, se queda en la noche.