La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro
En un súbito impulso se abrazaron , se abrazaron , se abrazaron . Metiendo cada uno en su pecho el del otro hasta besarse con los corazones . Se sintieron latir , se soltaron y , sin más palabras , el viejo subió al coche . Las dos miradas se abrazaron aún , a través del cristal . mientras Renato arrancaba .
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