La hija olvidada de Joanna Goodman
¿Cómo podía alguien que hablaba un idioma diferente ser el enemigo? Los verdaderos enemigos eran los médicos y las monjas, los monstruos que te encerraban en el hospital psiquiátrico, los que te trataban de loca cuando no lo eras y acusaban de ti, el Gobierno que se beneficiaba de todo. Esos eran los enemigos formidables. Pero ¿una persona inglesa? ¿Un francófono? ¿Por ninguna otra razón que el idioma que hablaban? Esta constante animosidad siempre ha molestado a Elodie. Existen asuntos mucho más serios por los que cabrearse en esta provincia.
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