La chica que soñaba con respirar bajo el agua de Joana Arteaga
Y determinó, no sin darle antes muchas, muchísimas vueltas, que ese era el primer día del resto de su vida. Una vida que iba a merecer ser vivida y en la que, por primera vez desde que había nacido, iba a ponerse ella por delante, aunque solo fuera de vez en cuando.
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