Hermanastra de Jennifer Donnelly
"Cuando alzó de nuevo el brazo, miró a Isabelle a los ojos. Los de la otra chica estaban rebosantes de lágrimas. Fue como mirarse a un espejo, Isabelle vió la angustia de la otra muchacha y la reconoció: era la suya. —Es bueno que todavía llores —le susurró—. Cuando dejas de llorar es cuando estás perdida". |