Tartufo,-Avaro, El.-Misantropo, El de Jean-Baptiste Poquelin
[...] y la conclusión fue que haríais bien en preocuparos algo menos de los actos ajenos y bastante más de los vuestros; que debe uno mirarse mucho antes de decidirse a condenar a los semejantes; que hay que poner el contrapeso de una vida ejemplar en las correcciones que uno intente hacer de los otros, y que es preferible por lo demás, en último caso, dejar la tarea en manos de quienes el cielo ha confiado tal misión.
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