Tartufo,-Avaro, El.-Misantropo, El de Jean-Baptiste Poquelin
No; mi aversión es general, y odio a todos los hombres. A unos, porque son malos y dañinos, porque son complacientes con los malos y porque no sienten por ellos ese odio enérgico que debe producir el vicio en las almas virtuosas. No puedes imaginar cómo se nota el injusto exceso de esa complacencia en el malvado absoluto con quien pleiteo. A pesar de la máscara, se adivina por completo el traidor; es conocido en todas partes por muchas cosas de las que puedes suponerte; aunque su caída de ojos y su tono suave lleguen a imponerse a las gentes que no son de aquí. [...]
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