Tartufo,-Avaro, El.-Misantropo, El de Jean-Baptiste Poquelin
[...] Mis ojos están demasiado heridos, y la corte y la ciudad solo me ofrecen motivos que revuelvan mi bilis; caigo en un humor negro, en una honda pena cuando veo convivir a los hombres como ahora lo hacen; no encuentro por todas partes más que indigna adulación, injusticia, interés, traición y bellaquería; no puedo contenerme, siendo rabia, y mi deseo es decirle las verdades a todo el género humano.
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