Tartufo,-Avaro, El.-Misantropo, El de Jean-Baptiste Poquelin
[...] debiera castigarse sin piedad ese comercio vergonzoso de fingidas amistades. Quiero que el hombre sea hombre, y que en cualquier momento se revele el fondo de nuestro corazón en nuestras palabras, debiendo ser él quien hable, sin que sus sentimientos se ocupen jamás bajo vanos cumplidos.
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