La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Nunca juzgaba un libro por cómo empezaba, porque esas primeras frases eran como la única cita que yo había tenido: los dos nos habíamos sonreído de forma exagerada, pero poco más.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Nunca juzgaba un libro por cómo empezaba, porque esas primeras frases eran como la única cita que yo había tenido: los dos nos habíamos sonreído de forma exagerada, pero poco más.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
El amor llegará, se irá y volverá otra vez. Pero si tienes la suerte de tener una buena amiga, cuídala. No la dejes marchar.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Los libros son el aire fresco que necesitamos para que nuestro corazón siga latiendo, para que nuestro cerebro siga imaginando, para mantener viva nuestra esperanza.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
La biblioteca es mi refugio. Entre sus estanterías siempre encuentro un rincón donde leer y soñar, un rincón al que puedo llamar «mío». Quiero asegurarme de que todo el mundo tenga esa oportunidad, sobre todo las personas que se sienten diferentes y necesitan un hogar.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Ninguna otra cosa posee esa capacidad mágica de hacer que las personas veamos con los ojos de otros. Nuestra biblioteca es un puente de libros entre culturas.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
El amor no tenía paciencia , el amor no era bondadoso. El amor era condicional .
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Amar significa aceptar a la otra persona, aceptar todos sus aspectos, incluidos los que no te gustan o no entiendes
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Cogí un rotulador negro y tracé sendas líneas alrededor de mis muslos, aproximadamente a la altura donde habrían llegado las medias. Aunque no era suficiente. Lo que quería era dibujarme una vida nueva.
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Yo era escéptica respecto a las almas gemelas pero sí creía que dos personas podían estar estrechamente ligadas por su pasión por la lectura.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Adoraba París, una ciudad rebosante de secretos. Como las cubiertas de los libros, unas de piel y otras de tela, cada puerta parisina se abría a un mundo inesperado.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Las bibliotecas son como pulmones. Los libros son el aire fresco que necesitamos para que nuestro corazón siga latiendo, para que nuestro cerebro siga imaginando, para mantener viva la esperanza.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
–Un general envió varios camiones desde la Línea Maginot para recoger material de lectura– dije con aplomo–. Sí, los soldados tienen tiempo, y nuestro objetivo es apoyar a los que están enfermos, heridos o tristes. Debemos ayudar a levantarles la moral. –¿La moral? Entonces, ¿para qué enviarles libros? ¿Por qué no les envían vino?– intervino un pelirrojo–. Yo lo preferiría. –Bueno, nadie ha dicho que sean objetos incompatibles–respondí. Todos rieron. –Pero sí, ¿por qué libros? Pues porque ninguna otra cosa posee esa capacidad mágica de hacer que las personas veamos con los ojos de otros. Nuestra biblioteca es un puente de libros entre culturas. |
La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
"Atrum post bellum, ex libris lux." Odile le había explicado qué significaba: Tras la oscuridad de la guerra, la luz de los libros.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
En el Más Allá domina el maravilloso olor a libros viejos. Las paredes están forradas de estanterías altas llenas de volúmenes olvidados. En esa acogedora buhardilla entre dos mundos no hay ventanas ni relojes, aunque a veces, de la planta baja, llega el eco de una risa infantil o el aroma a croissant de chocolate.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Los libros y las ideas son como la sangre: necesitan circular y nos mantienen vivos. Tú me has recordado que en el mundo aún queda algo de bondad.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
El duelo es un mar hecho de nuestras propias lágrimas. Las olas saladas cubren las oscuras profundidades por las que debemos bucear a nuestro ritmo. Fortalecerse lleva su tiempo. Había días en los que mis brazos cortaban el agua sin problemas y me parecía que todo saldría bien, que la orilla no estaba demasiado lejos. Y de pronto un recuerdo, un solo momento, casi me ahogaba. Entonces volvía al punto de partida y tenía que luchar con todas mis fuerzas para mantenerme en la superficie, agotada, hundiéndome en mi propio dolor.
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La biblioteca de París de Janet Skeslien Charles
Yo había aprendido que el amor no tenía paciencia, que el amor no era bondadoso. El amor era condicional. Las personas más cercanas a ti podían darte la espalda, podían abandonarte por algo que aparentemente era una nimiedad. Sólo podía confiar en mí misma.
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¿Cuál fue la primera obra escrita en verso en lengua castellana?