Coaching para escritores; Cómo desbloquear la mente creativa de Jaime Miranda
Eso me recuerda otra gran fuente de problemas: tener que seguir unas reglas demasiado abstractas o demasiado rígidas. Si no tienes claro qué hay que hacer, puede que te invada la ansiedad. Si estás preocupado porque tu trabajo no se ajusta a los cánones impuestos y crees que te falta algo, puede que no quieras continuar. Ser perfeccionista no ayuda, dejarse llevar por la pereza, tampoco. La falta de autocontrol es, sin duda, un gran problema, sobre todo si no se escribe por placer. No olvides que el cerebro humano se acostumbra a la inactividad o a los placeres inmediatos con una facilidad pasmosa, mientras que hacer lo contrario requiere de energía atómica. Compararse puede ser muy mala idea. Saber en qué momento has terminado de documentarte puede ser como buscar unicornios.
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