Los bienes de este mundo de Irčne Némirovsky
Abandonaron el bosque del Coudre y avanzaron por el camino despejado, abrasado por el sol, anhelando el frescor nocturno, enterrando gustosos en el pasado, en el olvido, el día que acababa, que había sido uno de los más tranquilos, agradables y felices de su vida. Pero ellos no lo sabían.
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