Una música de Hernan Ronsino
Basta con mirar un buen rato las nubes, basta con mirar un segundo, sustraerse del movimiento rutinario y contemplar el trazo grueso de las nubes, sus bordes (…). Basta con mirar cómo las nubes todo el tiempo se reinventan para entender que eso que llaman progreso, esa línea inevitable por la que hay que transitar, (…), esa línea que nos conduce hacia un destino grandioso no existe. Cuando ves el movimiento constante de las nubes te das cuenta de que el progreso no existe; que a veces es mejor bajarse en el paraje menos indicado para reinventar desde esa supuesta periferia una mirada.
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