Una música de Hernan Ronsino
No sé por qué en momentos trascendentes me quedo pensando siempre en cosas triviales: el mundo se me abre en una infinidad de puntos y no dejo de alumbrar las tramas menores, los sonidos ocultos.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 2 calificaciones)
/29 de septiembre, 2023 | Plaza del Lector Rayuela La Biblioteca Nacional propone festejar a Soriano en la Plaza del Lector Rayuela a través de la lectura y la escucha colectiva de su obra. Participan: Ángel Berlanga, Carlos Battilana, Andrés Burgo, Juan Carrá, Paula Casal, Virginia Feinmann, Ezequiel Fernández Moores, Tali Goldman, Loyds, Luciana de Luca, Enzo Maqueira, Hinde Pomeraniec, Ayelén Pujol, Hernán Ronsino, Camilo Sánchez y Ana María Shua, entre otros.
Una música de Hernan Ronsino
No sé por qué en momentos trascendentes me quedo pensando siempre en cosas triviales: el mundo se me abre en una infinidad de puntos y no dejo de alumbrar las tramas menores, los sonidos ocultos.
|
Una música de Hernan Ronsino
Anita Labaronie creía en los pájaros: lo único que saben hacer es jugar con las herramientas que tienen. Por eso mismo, decía Anita Labaronie, el pelo lacio, entrecano cayéndole de costado, solo pueden improvisar. No hay plan, hay atrevimiento, decía. A veces los planes vienen de afuera, son de otros y es eso lo que impide que uno se atreva y quiera usar del modo que se le cante las herramientas que tiene. El potencial que hay en cada persona, decía, es incalculable, porque el atrevimiento es como avanzar en el aire; no hay un tope; cada intento supone un desafío nuevo; no hay experiencia que valga la pena; es probar y sentir. ¿Nunca soñaste que volabas? Bueno, esa es la sensación. |
Una música de Hernan Ronsino
Basta con mirar un buen rato las nubes, basta con mirar un segundo, sustraerse del movimiento rutinario y contemplar el trazo grueso de las nubes, sus bordes (…). Basta con mirar cómo las nubes todo el tiempo se reinventan para entender que eso que llaman progreso, esa línea inevitable por la que hay que transitar, (…), esa línea que nos conduce hacia un destino grandioso no existe. Cuando ves el movimiento constante de las nubes te das cuenta de que el progreso no existe; que a veces es mejor bajarse en el paraje menos indicado para reinventar desde esa supuesta periferia una mirada.
|
La Descomposición de Hernan Ronsino
Si callo, me desangro. Me desbordo como un río furioso. Elegir el silencio es elegir la contemplación de los restos. Matar, con un grito. La violencia, siempre, entrelaza junto a la esperanza las puertas de la historia, esa historia es un campo, manchado de sangre
|
Una música de Hernan Ronsino
Cada uno, dice con un aire de filosofía oriental devaluada, tiene que saber sonar. Sonar un sonido propio, único y, por lo tanto, finito, ¿no? Cuando una vida suena de manera genuina no hay dolor, sentencia, los dientes chicos en esa cara luminosa.
|
La Descomposición de Hernan Ronsino
Hay algo trágico, irremediable en su desorientación. Un destino pedido que tiende a cubrirse con el sarcasmo y la parodia. Capas sobre capas. Como la ropa que usa la gente, para no mostrarse
|
Una música de Hernan Ronsino
Tengo una escena más o menos estable y que perdura. Lo que perdura en todo recuerdo, más bien, es una simplificación del mundo, un nudo en una interminable madeja; como una nota musical.
|
La Descomposición de Hernan Ronsino
El camino es un texto escrito entre todos. El pasado está oculto, soportando las huellas más frescas, más recientes. Y, por eso, lo impensado brota como la humedad en las paredes.
|
La Descomposición de Hernan Ronsino
Y pensar que cuando uno está desesperado, hay otros que te ven, desesperado, y piensan y dicen: ése está desesperado, y no hay ni siquiera una mísera mano, nada. Nadie, hermano
|
Una música de Hernan Ronsino
Regresar al otro día al mundo de siempre pero con una grieta en el pecho, con un aire nuevo, ¿no? Quién pudiera, dice Polo, salirse de la huella para encontrar otro sentido.
|
¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?