Fuera del juego de Heberto Padilla
Se pasaron la vida diseñando un patíbulo que recobrase -después de cada ejecución-su inocencia perdida. Y apareció el patíbulo, Diestro como un obrero de avanzada. ¡Un millón de cabezas cada noche! Y al otro día más inocente que un conductor en la estación de trenes, verdugo y con tareas de poeta. |