La muerte del comendador (Libro 1) de Haruki Murakami
Sin embargo, no entendía las circunstancias que me habían llevado a esa situación. Entendía que los corazones de las personas se unen y se separan en el transcurso del tiempo por diversas circunstancias, eso sí. El corazón no se regula por la costumbre, por el sentido común o por la ley. Es un órgano que fluctúa, aletea y vuela libre, como las aves migratorias que no saben nada de fronteras.
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