Mi fascinación por Camelot viene de los dibujos de Foster, que me parece un genio. Mi primer amor, el primer comic cayó en mis manos cuando era una cría, fue Val, Valiente, sinónimo del héroe desinteresado, romántico, valeroso, generoso. Siendo un niño cuando empieza su historia es de los pocos personajes que crece con el tiempo y se transforma de adolescente a joven, a hombre casado, a padre. Coleccioné con tesón y rascándome el bolsillo todos los episodios del príncipe Valiente, los encuaderné y los he arrastrado en mis mudanzas y con qué gusto los vuelvo a coger, a admirar y a leer. Y si…, me vuelvo a enamorar de Val. |