Tan poca vida de Hanya Yanagihara
Cerrará el grifo de la ducha, se tumbará en la bañera y apoyará la mejilla en la baldosa con la esperanza de encontrarse mejor. Recordará lo atrapado que está, atrapado en un cuerpo que aborrece, en un pasado que aborrece, sabiendo que no será capaz de cambiar ni uno ni otro. Querrá llorar de frustración, de odio y de dolor [...] Sentirá que no es nada, tan solo una cáscara cuyo fruto se momificó y se encogió hace tiempo, y suena inútilmente si se la agita. Experimentará aquel hormigueo, aquel estremecimiento de asco que le sobreviene tanto en los momentos más felices como en los más desgraciados, y se preguntará quien se cree que es para molestar a los demás, para pensar que tiene derecho a seguir existiendo cuando hasta su cuerpo le dice que tiene que detenerse.
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