El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer
Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda.
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El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer
Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda.
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