Bibliomanía de Gustave Flaubert
Guardaba todo su dinero, toda su fortuna, todas sus emociones para los libros. Había sido monje, y por ellos había abandonado a Dios. Más tarde, les sacrificó lo que los hombres tienen por más sagrado, después de Dios: el dinero. Después les entregó lo más preciado que tenemos después del dinero: el alma.
|