Extrañas de Guillermo Arriaga
así como era de esmerada en la limpieza de la casa era negligente con su aseo personal, se rehusaba a lavarse y nunca se bañó, el coño le apestaba, sobre todo en las mañanas, cuando le tocaba ayuntar conmigo, ella se solazaba con su fetidez, «coño sin olor es como vino sin sabor»
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